BICENTENARIO

Hace 200 años estábamos bajo el dominio español de Fernando VII. Pero en el Virreinato del Río de la Plata se estaba gestando un sentimiento patriótico, capaz de llevar adelante sus ideales de libertad, igualdad y soberanía.

Entre los criollos revolucionarios se destacaron Mariano Moreno y Manuel Belgrano, quienes con sus ideales y heroísmo lograron encabezar un movimiento independentista, cuyo resultado visible sería la conformación ineludible del Primer Gobierno Patrio, la Primera Junta.

Si bien se generaron cambios fundamentales, hay que hacer memoria cuando hablamos del 25 de mayo de 1810, porque ya pasó mucho tiempo, pero hay cuestiones que perduran hasta el presente: Ese hecho histórico marcó el principio de un nuevo gobierno, pero un gobierno que juró fidelidad al rey de España, un gobierno que comenzó a depender económicamente del comercio con Gran Bretaña. Por eso, ¿hasta dónde fue una revolución? Hoy nos decimos libres de cualquier potencia mundial, pero seguimos dependiendo económicamente de las empresas multinacionales y tenemos una política estatal donde la falta de libertad y la injusticia es algo de todos los días.

  ¿Quiénes son los dueños de esa libertad y de esa justicia? Pues, yo les digo que es el pueblo el que tiene la capacidad de fomentar estos derechos y de exigir que se cumplan, como lo hicieron Mariano Moreno Y Manuel Belgrano en 1810.

    Muchos Gobiernos diferentes han pasado en 200 años, desde gobiernos democráticos hasta dictaduras militares, y pocos han sabido encausar el rumbo de esta nación. Todavía seguimos buscando un estilo de gobierno que mejore la situación actual de todos los ciudadanos. Pero tengamos por seguro que en estos 200 años desde la Revolución de Mayo, conformamos un sentimiento de unidad que nadie nos va a quitar. Se me viene a la memoria, las catástrofes climáticas, donde ayudamos al damnificado, los mundiales de fútbol, donde compartimos una pasión, las manifestaciones, donde pedimos por los mismos derechos, es decir que debemos rescatar la unidad y el compromiso con la otra persona que tenemos al lado. Nuestra tradición no debe romperse, sino fomentarse, y entre todos podemos lograrlo.

                              

                                                                                                                                                                                                                                             Federico Escames