domingo, 1 de agosto de 2010

¿QUE PROYECTO DE PAIS SE JUEGA EN LAS PRESIDENCIALES?

 Por Humberto Tumini, secretario general de
Libres del Sur en Movimiento Proyecto Sur

Hay toda una intencionalidad, fogoneada por los distintos sectores de poder en el gobierno y fuera de él, de presentar las opciones en disputa para las próximas elecciones como si fueran solo las que expresan el PJ kirchnerista, el PJ antikirchnerista y la UCR con sus aliados. Es decir, un bipartidismo de tres patas esta vez. ¿Cuál es el motivo por el que dibujan el panorama de esta manera, obviando groseramente lo que expresan Pino Solanas y Proyecto Sur; a pesar de que no haya encuesta -la haga quién la haga- que no los muestre allí, disputando de igual a igual? No son difíciles de explicar, ni de ver las razones de esta manipulación de la realidad. Analicemos:
  ¿Cuál es el modelo de país que nos propone el kirchnerismo a futuro, después de siete años ya de gobierno? Según sus variados voceros y voceras, prometen la continuidad y profundización de un supuesto modelo de reindustrialización de la Argentina, con más justicia y equidad social, con un Estado que defiende a los desprotegidos, y así sucesivamente. Mas o menos lo mismo que dijeron al principio, a lo que nos convocaron a muchos. De lo que ya no hablan, porque sería muy burdo, es de renovación política.
¿Qué hay en verdad detrás de lo que dicen ser y proponen? No hay mejor manera de dilucidarlo que describir lo que hicieron. La única verdad es la realidad, dijo el hombre. Como es sabido, para poder cambiar en serio el país que moldearon 30 años de neoliberalismo, hacía falta en primer lugar capturar las rentas extraordinarias de los sectores más concentrados de la economía; para luego trasladarlas al consumo de las mayorías populares. En segundo término, fortalecer la intervención del Estado como regulador y democratizador de la economía, como empresario, inversor y otorgante de créditos para la producción. Ellos mismos -los Kirchner- así lo decían en su momento. ¿Sucedió esto? Por cierto que en lo fundamental, no. Primero con el argumento de la correlación de fuerzas -válido en los primeros tres años, no después- y luego con pretextos varios, no cambiaron la esencia de aspectos determinantes del modelo neoliberal, sino solo parte de sus aristas mas ríspidas. El tipo de cambio, con la importancia que tiene, por si mismo no determina un giro en profundidad, a lo sumo un provoca una modificación en la hegemonía de los sectores de poder.
Los Kirchner negociaron correctamente la deuda externa en una primera etapa, aprovechando el default de Rodríguez Saá y un contexto internacional favorable para ello. Pero no tocaron la renta financiera interna (salvo las ganancias de las AFJP de un año a esta parte), dejando en pie entre otras cosas, la ley de entidades financieras de Martínez de Hoz y la del Banco Central de Cavallo. No cambiaron tampoco la política petrolera del menemismo, ni la minera. Mantuvieron el ordenamiento legal en ambos casos, y la apropiación privada por las grandes empresas de nuestros principales recursos naturales. No modificaron la retrógrada política impositiva del menemismo (con un IVA exorbitante y menguados impuestos a las ganancias, por ejemplo) que beneficia a los más pudientes. En el agro favorecieron finalmente la concentración y el monocultivo de la soja; las retenciones móviles que intentaron en el 2008 no fueron parte de una estrategia, sino una respuesta de coyuntura -correcta- al abrupto incremento de los precios internacionales; de allí también la derrota sufrida. No revirtieron además, ni frenaron seriamente, la concentración y la extranjerización de la economía; por el contrario, ambas siguieron aumentando a sostenido ritmo (según el INDEC de 500 compañías líderes en el país, hoy 360 son de capital extranjero; de 10 firmas industriales de mayor facturación, solo 2 son nacionales; las transnacionales dominan el 90% de las operaciones de comercio exterior). No se avanzó a decir verdad en la pregonada reindustrialización; en el PBI, la industria ocupa en la actualidad el mismo porcentaje que tenía hace diez años. El Estado no incrementó sustancialmente su rol en la economía; ni su participación en esta, ya que solo se hizo cargo de empresas en estado de quiebra y secundarias como el Correo, Aguas Argentinas y Aerolíneas, ni en la regulación y el control de los monopolios, basta con ver lo que sucede en los precios. Solo se avanzó, como decimos más arriba, en la reestatización del sistema previsional; pero tampoco esto como parte de una estrategia en esa dirección, sino por necesidades concretas de caja luego de seis años de gobierno. Creció si la capacidad de hacer inteligencia sobre los opositores, eso hay que reconocerlo.
Esta clara falta de voluntad de afectar en serio a los sectores más concentrados apropiándose de una parte importante de sus rentas extraordinarias, disminuyó directamente la posibilidad de cumplir con la mayor justicia, equidad y movilidad social prometidas. Los avances -y los retrocesos también- quedaron supeditados al mayor o menor crecimiento de la economía en cada período. Si se analizan -no por vía del INDEC, obviamente- las cifras de distribución de la riqueza, empleo, calidad del mismo, desocupación, pobreza, indigencia, vivienda, salud, educación, etc., se observa que no hay avances palpables al día de hoy comparados con la década de los noventa; solo existen si se los coteja con el peor momento de la crisis, allá por el 2001/2.
Coherente con todo esto que describimos, más tempano que tarde abandonaron la idea de renovación política y se refugiaron en el PJ; y en promover nuevamente el bipartidismo a través de la reforma política. ¿Qué mejor que los partidos tradicionales, a pesar de su desprestigio, si no se van a cambiar de fondo las cosas en el país?
Esto es en realidad, y más allá de los discursos progres, “nacionales y populares”, a los que recurren ahora, lo que ofrece el kirchnerismo si la ciudadanía le otorgase un nuevo mandato. Un modelo con algunos rasgos rescatables como su política de integración regional o la de derechos humanos, pero continuista en grado no desdeñable de los noventa y conservador en su esencia.
¿Y que proponen las otras fracciones del bipartidismo: el PJ disidente y los radicales? Más allá de que alguno de ellos como la UCR se pueda rodear de sectores de ideas no tan reaccionarias, lo cierto es que el modelo de país que sustentan -aunque lo disimulan hasta donde pueden- es igual y muchas veces peor al que ofrece el actual gobierno. Ningún cambio de fondo a esto que existe hoy en día, si probablemente más concentración económica, más concesiones a los poderosos, menos calidad democrática y la misma corrupción. Una porquería.
En síntesis, los sectores de poder presentan a estas tres opciones como las que van a disputar las presidenciales, porque de una u otra manera son las que los representan; más allá de contradicciones secundarias, conveniente e interesadamente agigantadas, como corresponde y es habitual.
Pero: ¿es real que esas son las únicas opciones que tendremos los argentinos y argentinas en el 2010? Eso es lo que, repito, pretenden hacernos creer, cada uno con su librito, el gobierno y la oposición tradicional. Esta última mintiendo respecto de sus verdaderas intenciones, y aquel falseando que va a “profundizar” el modelo nacional y popular; modelo que abandono hace ya rato en lo económico, en lo social y en lo político.
No, no es cierto, hay una nueva opción, distinta y contrapuesta al bipartidismo que destruyó el país. Es la de Solanas y Proyecto Sur. Una propuesta de cambiar realmente este país a favor de las mayorías. Un modelo productivo nacional, con un Estado benefactor que proteja a los más débiles y controle a los más fuertes, defienda los recursos naturales y el medio ambiente; que reconstruya la ética pública y la transparencia institucional; promueva una democracia participativa y despliegue una política internacional soberana y latinoamericanista.
Podemos hacerlo, sumate y vamos.
Humberto Tumini
Movimiento Libres del Sur

1 comentario:

  1. HUMBERTO TUMINI NO PODÍA HACER UNA MEJOR DESCRIPCIÓN DE LA POLÍTICA Y ECONOMÍA NACIONAL. POR ESO COINCIDE CON PINO SOLANAS Y PROYECTO SUR. POR PRIMERA VEZ UNA CONJUNCIÓN DE PROPÓSITOS COINCIDENTES Y DE UNA ORGANIZACIÓN POLÍTICA Y UN LIDER DE ARCHIVO INTACHABLE COMO PINO.
    ¡ALBRICIAS COMPAÑEROS!: YA SOMOS UN ELEMENTO CONTUNDENTE EN LA POLÍTICA ARGENTINA Y UN ESPACIO QUE LATINOAMÉRICA PUEDE ACOMPAÑAR. SI LO LOGRAMOS, -DIFUNDIENDO EL MENSAJE DE PROYECTO SUR-, DESDE EL SUR COMIENZA LA TRANSFORMACIÓN DEL MUNDO, Y EL PLANETA TODAVÍA PUEDE SALVARSE, Y CON ELLO EL DESTINO DE "LOS MALDITOS DE LA TIERRA".
    Luis María Lombana sr.
    Instituto de Proyectos - Movimiento Proyecto Sur Corrientes - Junta Promotora

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