miércoles, 19 de septiembre de 2012


El costo ambiental de “sacarle jugo a las piedras”

El viernes 24 de agosto, el Gerente de YPF Miguel Galuccio y los representantes de Chevron informaron un acuerdo de alianza entre las empresas YPF y Chevron, para el desarrollo de la extracción de petróleo y gas no convencional en la formación Vaca Muerta, de Neuquén.
Por Diego Urretabizkaya*
“El éxito de YPF es el éxito de la industria”, dijo Moshiri, representante de Chevron para América Latina y África y sostuvo que “el no convencional puede revolucionar el paradigma energético en Argentina”.
Por su parte Galuccio destacó que Chevron es un líder a nivel mundial y con un expertise único en proyectos de recuperación terciaria y shale, y que “entiende y apuesta por América Latina”.
Teniendo en cuenta la discusión que ya se instala en el país, pero sobre todo en Neuquén sobre los métodos de explotación “No Convencionales” , con una evidente decisión del gobierno nacional y también del provincial de realizarlo a cualquier costo, aun a costa de la destrucción de gran parte del territorio neuquino, del consumo para estos emprendimientos de cifras inauditas de agua, de contaminación mediante químicos utilizados en las perforaciones de los acuíferos, de la desertificación ocasionada, entre otros tantos males, lo mínimo que se debería hacer es un estudio de los resultados de la empresa en otros países a fin de verificar las pautas de “buen cumplimiento”.
Antecedentes cercanos
Sin grandes inconvenientes podemos verificar la lista de crímenes que, durante 26 años, con más de 30 mil demandantes, llevó a la condena de la justicia ecuatoriana a la petrolera Chevron, adquiriente de la empresa TEXACO en un proceso que continúa en la Amazonia ecuatoriana.
La justicia ecuatoriana reconoció que la transnacional norteamericana Chevron es culpable de contaminación a niveles homicidas, con títulos que asustarían a cualquiera.
Allí se explotó durante 26 años una concesión de alrededor de un millón de hectáreas de la Amazonía ecuatoriana, y ocasionó un desastre ecológico considerado por expertos 10 veces superior al derrame en el Golfo de México.
Chevron-Texaco pretende considerar para Ecuador una norma de 10 mil partes por metro cúbico para TPHÂs (grupo de tóxicos que pueden causar enfermedades y muerte) es decir, 100 veces más peligrosa para la salud humana que lo aceptado por ley en su propio país, menospreciando con ello la vida de los ecuatorianos.
Según cifras oficiales, la tasa de leucemia en la zona donde operó es tres veces más alta en niños de cero a cuatro años que en cualquier otra zona del país.
La tasa de cáncer es 150 por ciento más alta, la tasa de abortos espontáneos 2.5 veces más alta, y se presentan en ese amplio territorio de explotación petrolera altas tasas de morbilidad, problemas respiratorios, digestivos y afecciones de la piel.
Las causas son evidentes. Se estima que se “ahorró” 4.5 mil millones de dólares de la época, al descargar tóxicos en lagunas superficiales en vez de inyectarlos a las profundidades de los pozos, como está establecido en su país.
Ello se refleja en que el 98 por ciento de las muestras del agua que toman las comunidades indígenas de ese sector amazónico muestran niveles de contaminación y toxicidad que sobrepasan el límite aceptable para la salud humana.
La biodiversidad, principal riqueza natural de la Amazonía, por lo cual es considerada uno de los pulmones del planeta, resultó seriamente afectada también al contaminar los principales cuerpos hídricos de la región nororiental de Ecuador que cruzan por ella.
La empresa operó durante 26 años 356 pozos de petróleo en esa amplia zona, y junto a cada uno de ellos construyó fosas que utilizaba como “piscinas” sin revestimiento, al aire libre, para depositar los desechos tóxicos, todo lo cual pasaba al subsuelo.
También explotó 22 estaciones de producción donde el petróleo crudo y el agua de producción fueron vertidas directamente en arroyos, ríos y pantanos cercanos sin ningún tratamiento previo.
En Neuquén
Vaca Muerta es una formación geológica que cubre aproximadamente 30 mil km2 y constituye la roca madre más importante de la cuenca neuquina, ocupando 1/3 de la superficie de la provincia.
El descubrimiento del shale oíl y del shale gas no es ninguna novedad.
Hace alrededor de cuatro décadas que YPF exploró, descubrió y explotó, de manera convencional, según la tecnología disponible en ese tiempo, el yacimiento de Loma La Lata y desde entonces se supo de la existencia de la formación de Vaca Muerta rica en roca madre, tal como se la denominaba en esa época.
Si tenemos en cuenta que según la empresa se perforarán 1.000 pozos en 2013, se estaría hablando de 30 mil millones de litros de agua para semejante explotación y de 424 millones de kilos de químicos tóxicos, los cuales sin lugar a dudas ponen en serio riesgo a la población neuquina.
Cada fractura demanda 30 millones de litros de agua dulce en una provincia que todavía no ha podido garantizar la provisión de agua a la totalidad de su población y 424 mil kilos de químicos tóxicos tales como arsénico, mercurio y ácido fluorhídrico, uranio, radio, radón, entre otros.
Un informe del Observatorio de los Derechos de los Pueblos Indígenas y Campesinos muestra como en la localidad de Añelo, a cien kilómetros de la ciudad de Neuquén, la Policía Federal y la Corte Suprema certificaron que los habitantes del lugar (explotado por Repsol YPF) “presentan medidas alarmantes de mercurio, cromo y plomo en sangre”.
Además de Repsol, las demandas alcanzan también a las empresas Pan American, Chevron, Total Austral y Medanito. En total son 18 las implicadas en las denuncias.
Hay que tener en cuenta que semejante desastre fue realizado por explotación petrolera convencional, la cual utiliza una cantidad de agua notablemente inferior, razón por la cual sería imposible de calcular hoy el desastre medioambiental a futuro.
En el mundo
En Francia se prohibió la técnica del fracking para la extracción de hidrocarburos al igual que Alemania, Gran Bretaña, Estados Unidos, Canadá, Suiza, Australia y Sudáfrica.
Entre enero del 2003 y marzo del 2008 se registraron en el Estado de Colorado, en Estados Unidos, 1.549 incidentes por fugas de las cuales aproximadamente el 20% contaminaron aguas subterráneas.
En Inglaterra la empresa Cuadrilla Resources ha paralizado sus perforaciones debido a la posible relación con dos pequeños terremotos sucedidos en la zona.
Los 7 países que suspendieron la actividad esperarán hasta que la Agencia de Protección Ambiental de EEUU publique los resultados de los estudios sobre la actividad en el 2014.
Mientras tanto en Argentina, se aceleran los procesos para realizar este tipo de extracciones (ya han comenzado), funcionarios nacionales y el mismo gobernador de Neuquén viajan por el mundo para conseguir socios que aporten capitales, recurriendo a las mismas empresas que ya han sido condenadas por temerarios daños ambientales, de los mismos países que prohíben este tipo de explotaciones. Como suele suceder en la provincia de Neuquén los negocios, “tienen olor a petróleo”.
¿Qué es la explotación de hidrocarburos no convencional?
Los hidrocarburos convencionales como los hemos conocido siempre se encuentran alojados en reservorios de fácil extracción. La productividad de los mismos es natural ya que cuando se perfora la capa, el petróleo y gas fluyen por el pozo.
Los hidrocarburos no convencionales se encuentran dentro de la roca en poros muchísimo más pequeños. En estos casos la productividad no es normal ya que el petróleo y gas no pueden fluir hacia el pozo.
El término SHALE se refiere a una amplia gama de rocas ricas en hidrocarburos, retenidos en ella, como el SHALE GAS que contiene gas natural y SHALE OIL que contiene petróleo.
Para que este tipo de rocas tan compactas (Shale) permitan el fluir de gas o petróleo se necesita fracturar la roca madre con enormes cantidades de agua, arenas y compuestos químicos a muy alta presión. Esta tecnología se denomina fractura hidráulica o hidrofractura y, literalmente es “sacarle el jugo a las piedras”.
Un pozo convencional utilizaba aproximadamente 75 mil litros de agua dulce, mientras un pozo no convencional puede demandar entre 30 y 40 millones de litros de agua.
El 2% de esa agua inyectada son productos químicos, algunos de ellos altamente contaminantes y otros desconocidos por “secreto industrial”.
El 50 % del agua y químicos inyectada regresa altamente contaminada a la superficie durante la etapa de producción. También podría fluir naturalmente, encontrando a su paso napas de agua las cuales serían contaminadas como ya sucedió en Estados Unidos.
Cada perforación simple de Shale gas genera unos 160 m3 de recortes de roca. Para una disposición mínima de 7 pozos en 259 ha. se acumularían cerca de 1.120 m3 de roca que contienen material radioactivo, metales pesados y químicos altamente tóxicos.
Mientras un pozo convencional requiere de unos 300 viajes de camión para traslado de materiales un pozo no convencional necesitaría unos 1.900 viajes. Para una disposición de 6 – 8 pozos simples sumaría unos 13.000 viajes de camiones por rutas locales con lo que ello implica: destrucción de rutas, disturbios y accidentes, material volátil, riesgo de derrame, entre otros riesgos.
* Secretario de Comunicación y Difusión de la CTA Neuquén

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