El jueves 3 de diciembre la Cámara de Diputados con su nueva representación estará eligiendo sus autoridades. Presidente y 3 vicepresidencias. A partir de allí sobrevendrá la constitución de las “comisiones” cuya composición está en debate.
Es extraño que ahora se planteen cuestiones de izquierda, centroizquierda, progresismo, centroderecha y derecha.
Página 12 como vocero del gobierno asume esta postura. Mario Wainfeld dice que: “Proyecto Sur se suma al centroderecha”.
Si el gobierno que llevó a Julio Cobos a la vicepresidencia, que ungió a Felipe Solá como primer diputado nacional en 2007, que tiene por ministro de economía a Amado Bodou y como presidente del Banco Central a Martín Redrado, que veta la ley de protección de los glaciares, sostiene e impulsa el saqueo de los minerales, protege a las empresas contaminantes, mantiene la estructura de saqueo montada durante el menemismo, alienta la feroz concentración en la tenencia de la tierra, queda impávido frente a la extranjerizaron de las empresas nacionales y después de años de crecimiento excepcional logra que la distribución del ingreso sea peor en 2007 que en 1997 manteniendo a millones de compatriotas en la pobreza y la indigencia; que asumió una actitud pusilánime frente a la judicialización de la protesta social y ambiental, un gobierno que reabre el canje de deuda odiosa e ilegítima con los bonistas que la rechazaron en 2005, que puja desesperado por ser considerado de mejor manera por el FMI y que quiere volver a endeudarse en los mercados voluntarios de crédito; Mario Wainfeld lo ve de centroizquierda, allá él.
Tiene todo el derecho del mundo a pensarlo. Podría darnos argumentos que demostrarían que el gobierno no es tan de derecha como refleja esta breve reseña. Esta bien, es de centroderecha. Pregunto ¿la corrupción es progresista, de centroizquierda, centroderecha?, ¿Dónde la ubica MW? En fin. Todas las opiniones son respetables.
Nuestra opinión es que el bipartidismo que encarna en primer lugar el PJ que conduce Néstor Kirchner y la UCR que tendrá por nuevo jefe a Ernesto Sanz, son el centroderecha. Son las fuerzas conservadoras que sostienen al régimen. Son los que después del derrumbe neoliberal de 2001 vinieron a salvar lo que se pudiera. Y salvaron bastante. No vamos a creer que el raquítico keynesianismo –enmascarado en algunas sanas banderas-- era progresismo, cuando se trataba de la única práctica posible para el sistema en tiempos de derrumbe. Algunas concesiones debían hacer en momentos en que “la gente” ponía de manifiesto su mal humor y su capacidad para dejar sin sustento al Poder Ejecutivo. Si lo sabrá Fernando De La Rua , Rodríguez Saa y el mismísimo Eduardo Duhalde, padre ideológico y material de esta administración. Dicho esto, aclaro no es esta la ocasión para profundizar la ubicación de cada uno en el punto que va del centro a uno y otro lado, pretendiendo que en tal simplificación puede entrar la compleja trama nacional que nos afecta.
El tema es que en el marco de esta democracia imperfecta, que hemos sabido construir entre todos, Proyecto Sur dialoga con todas las fuerzas del arco político. Y en ese diálogo no licua su identidad, ni baja sus objetivos estratégicos. Y trata de no confundirse. Decirnos que Eduardo Fellner es de cenroizquierda y progresista y en cambio Ricardo Alfonsín es de centroderecha y conservador, que uno hace a la estabilidad democrática y en cambio el otro podría desestabilizar el gobierno; suena tan ridículo, que quienes defienden las posturas del gobierno hablan en abstracto a la hora de mencionar estas cosas.
“La desmesura opositora, que podría ser destituyente si deriva en paralizar al Gobierno”, dice asustado MW. Es el susto que le transmite el gobierno. Están asustados porque han sabido gobernar ejerciendo el poder con mano dura, avasallando en muchos casos las razones de las minorías. Y ahora son minoría ellos también. Ya no hay mayoría en la Argentina de nuestros días. No hay otra opción que el diálogo. Pero quienes se acostumbraron a imponer sin concesiones no quieren ceder en esas prácticas. Lo que realmente se desestabiliza en la Argentina es una forma prepotente de manejar el poder. Por otra parte ¿A quien le podría interesar paralizar al Gobierno? Nadie en su sano juicio, más allá de su ubicación ideológica, pretendería heredar un país paralizado. Si el oficialismo en sus diversas formas no despeja la nube de gases que lo envuelve puede quedar inmovilizado por falta de visión o por los desvaríos provenientes de la falta de oxígeno. Ambas cuestiones tienen solución y por eso somos optimistas. Pueden abrir las ventanas para refrescar el ambiente o caminar la calle para escuchar otras voces en la Argentina de nuestros días.
Vayamos un paso más adelante. Proyecto Sur está en la discusión porque nuestro pueblo nos ubicó allí. Y si con una cláusula de la dictadura en la ley de Partidos Políticos, que el kirchnerismo se ocupó muy bien de mantener en la actual reforma política, no nos hubieran dejado afuera de la elección en la provincia de Buenos Aires, estaríamos discutiendo con más diputados. Hablamos con “todos” y propiciamos un entendimiento inteligente, equilibrado y consensuado para resolver la cuestión de las autoridades de la Cámara y la conformación de las “comisiones”. Lo que el oficialismo debería poner en foco es que, al decir del viejo líder “la única verdad es la realidad” y no puede pretender ser mayoría donde solo es una minoría. Si en 20 meses que van entre octubre de 2007 a junio de 2009, el gobierno perdió casi 3 millones de votos que fueron a respaldar otras opciones, debería hurgar allí las razones de su actual debilidad. Si en lugar de reflexionar con sabiduría para corregir, intenta auto-justificarse viendo complots en cualquier reunión de la que no participen y asignándole perfiles e intenciones a los demás pensando que es más importante el relato que la realidad, estamos ante un problema de auto-enajenación. Problema claro está que nos resulta inaccesible.
No cabe desmentir la versión K expresada por MW. Es la expresión de una desesperación que los lleva a decir cualquier insensatez. Es ese razonamiento binario que los llevó a pensar que “si no estás conmigo, estás con mi enemigo”. Planteando que esos “dos” territorios lo abarcan todo, cuando en realidad se trata de pequeñas parcelas. Así el gobierno fue creando un conjunto de disyuntivas en las que pretendió desde la retórica ubicarse en el centroizquierda, aunque desde la práctica siempre estuvo más cerca del centroderecha.
Tampoco se trata de observar a la sociedad sin conflictos. Solo que cuando los conflictos están mal planteados las consecuencias son claras: el pueblo deja de respaldar y el círculo de apoyo al gobierno se va circunscribiendo a los aparatos. Incluidos en “estos” varios municipios del GBA, algunos sindicatos, página 12, etc. Pero insisto esta no es la cuestión.
El Poder Ejecutivo Nacional está en manos del PJ y sus aliados fruto de la voluntad de nuestro pueblo expresada en 2007. Entre los legisladores electos en 2005 y 2007 el gobierno contó con un número que le permitió imponer su voluntad sin sobresaltos. Ejercicio que está practicando incluso durante estos últimos días del mandato de dichos legisladores.
Fruto de múltiples factores, entre los que contamos la necesidad de mayor control, en 2009 el pueblo puso límites estrictos al oficialismo. Una inmensa mayoría decidió no respaldar a esta gestión. Diversificó su voto en múltiples expresiones. De estas surgen dos grandes vertientes. Una continuadora del orden vigente, encarnada en la UCR y sus aliados que disputan con el PJ el gerenciamiento del modelo de saqueo y concentración de la riqueza, que reafirmarán la política petrolera, minera, pesquera, de endeudamiento, etc. La otra cuestionadora del orden actual y del bipartidismo, encarnada por Proyecto Sur y un gran conjunto de fuerzas con voluntad de construir una alternativa de gobierno, con propuestas concretas para recuperar soberanía, justicia social y darle un enorme impulso al desarrollo de las fuerzas productivas.
Queremos construir una alternativa al bipartidismo. Necesitamos diferenciarnos sin mezquindades. Por eso nos comprometimos a apoyar aquellas iniciativas que resultaran favorables al interés de nuestro Pueblo y la Nación , independientemente del sector que las impulsara. De la misma forma que combatiremos lo que entendemos contrario al interés popular y nacional. Somos distintos esta claro. Con nuestras 5 grandes causas programáticas y estos principios pretendemos un cambio profundo, en paz y en democracia. Y decimos que para nosotros la democracia bien entendida pasa por respetar la voluntad popular y expresarla de la mejor forma en el plano institucional. En eso estamos trabajando. Que el susto del oficialismo, por la pérdida de respaldo electoral, no se transforme en torpes exabruptos fruto del miedo a una nueva realidad.
Mario Mazzitelli. Sec. Gral. Partido Socialista Autético -integrante Mesa Nacional del Movimiento Proyecto Sur
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